Hay sectores productivos y comerciales que en general funcionan a pulso constante, y hay sectores que deben montarse en cada pico posible de la gráfica para aprovecharlo. La industria restaurantera es así.
Y lo es porque son innumerables los factores capaces de incidir en el consumo en estos establecimientos. Los cambios estacionales, por supuesto, no son excepción.
Además del impacto en las ventas, los cambios estacionales significan para restaurantes, bares y cafeterías, la necesidad de renovar o lanzar sus campañas de marketing, reducir o aumentar el stock, e incluso ajustar la cantidad de personal.
Empero, lo más importante, es cómo se aprovechan los días festivos, vacaciones, eventos deportivos o culturales, la temporada navideña, etc.; es decir, cómo impactan económicamente en el negocio, ya que estas ocasiones tienen la capacidad tanto de generar pérdidas como de generar ganancias, dependiendo en gran medida de la línea de acción que el negocio tome para afrontar estos cambios de temporada.
Si el menú de tu negocio no es muy apto para celebraciones o más bien es de comida rápida, también hay momentos estacionales que puedes aprovechar. Por ejemplo, en la temporada navideña, puede no ser el lugar donde se celebraría o se pediría para llevar una cena familiar, sin embargo, es probable que los clientes recojan o disfruten una comida rápida entre las compras y los preparativos.
Uno de los factores estacionales más relevantes es el clima. Conoce a continuación cómo prepararte para sacarle provecho.
La restaurantera es una industria que tiende a prosperar en verano, o mejor dicho, en los meses cálidos en general. Una parte de ese éxito estacional se debe en muchas ciudades, al turismo, y otra, a la propensión natural de la gente a salir cuando el clima es más cálido.
Por el contrario, los meses de invierno y los días de nieve, lluvia o granizo, pueden desplomar las ventas por completo, pues naturalmente la gente evitará salir. En esta estación, es tu momento de hacerlos sentir cómodos, ya sea con entregas rápidas o servicio para llevar o a domicilio, ofreciéndoles distintos medios para ordenar y pagar.
Existen cambios estacionales más allá del clima: por ejemplo, para los negocios que dependen en buena parte de ciertas poblaciones fluctuantes (como cafeterías cercanas a universidades, que verán una disminución de sus ventas durante las vacaciones estudiantiles si no hacen nada al respecto).
También hay cambios cíclicos, como el estado fluctuante de la economía. Cuando va bien, la gente lógicamente tiende a gastar más en comer fuera, y, por el contrario, cuando va mal, elegirán con más frecuencia cocinar y comer en casa.
Darte cuenta con anticipación de los cambios que así lo permiten, pone la base para el siguiente paso: prepararte para ellos.
Ya sea con inversiones necesarias, flujo de caja, marketing, entrenamiento del personal, o con ajustes en la plantilla (hay que asegurarse de tener suficientes colaboradores en temporadas altas, y hay que hacerlo con tiempo), etc.: tanto para las épocas altas, como para las bajas, prepararse lo es todo.
Aquí te compartimos 5 líneas de acción para aprovechar al máximo estos periodos.