Al abrir sus puertas por primera vez muchos son los restaurantes que impactan positivamente a sus comensales con lo mejor en precio, calidad y raciones. Sin embargo, y conforme pasa el tiempo, estos comienzan a percibir ligeros cambios alrededor de estas tres características particulares.
Antes de pasar a los criterios que te facilitarán la tarea de elegir a un proveedor de calidad, te presentamos los tres principales problemas a los cuales un equipo de trabajo se suele enfrentar. Detectarlos les ayudará a anteponerse con rapidez sin dejar de ser productivos y rentables.
Problema 1. Inconsistencia en las entregas
En cocina el tiempo es crucial, por lo que el retraso en las entregas impacta el tiempo que se contempla para preparar cada platillo. Este es un tema preocupante y debe atenderse con la mayor prontitud posible para evitar inconformidad por parte de los comensales. Si esto pasa en tu restaurante, ¡toma acción ya!
Problema 2. Productos de mala calidad
Problema 3. Almacenamiento incorrecto
Salvaguardar ciertos alimentos a temperaturas inadecuadas impacta directamente la calidad, la higiene y la salud. Alimentos tales como lácteos, carnes y pescados deben mantenerse a una temperatura óptima para evitar la propagación de bacterias. No pongas en riesgo a tus comensales o a tu reputación, ¡busca otra opción!
Bien, ya conoces los tres problemas más comunes en un restaurante cuando de proveedores se trata. Para este punto ya debes de saber si te quedas con tu proveedor actual o necesitas urgentemente encontrar una mejor opción. Y aunque parezca complejo, si tomas los siguientes criterios será tarea no solo rápida, sino fácil.
De la mano con el punto anterior está la transparencia con la cual te comuniques con tu proveedor. Ya que a este es a quien le corresponde ofrecerte lo mejor sin salirse del presupuesto que le designes. Adaptarse a esa cantidad será su mayor reto y la del cocinero el poder rentabilizar al máximo los productos que el proveedor le otorgue.
¡Listo! Ya tienes al mejor proveedor en tu restaurante, pero, ¿qué sigue? Para aprovecharlo al máximo te damos las siguientes tres recomendaciones.
Tu proveedor debe adaptarse a un presupuesto previamente establecido. Para determinarlo, tú y tu equipo deben llegar a un acuerdo para así poder contar siempre con todo tipo de productos, desde los más básicos de uso diario, hasta aquellos especiales según el tipo de ocasión.
Es importante que la comunicación entre tu proveedor y tu equipo de cocina sea buena. Esto ayudará a que los dos puedan negociar, logren comprenderse y el trabajo de ambos pueda salir adelante.
Aun cuando haya una planeación de por medio, es primordial estar preparados para cualquier situación. Para ello te recomendamos contar con un plan B; es decir, una segunda opción como proveedor de confianza.
En definitiva, para tener un restaurante en pleno funcionamiento y bajo los estándares de calidad más altos debes darte el tiempo suficiente para buscar y encontrar el proveedor, o proveedores, que entiendan todas y cada una de las necesidades de tu restaurante.