¿Cuál es la principal causa por la que un restaurante pudiera fracasar en su primer año de vida? La respuesta es muy sencilla: falta de planeación.
Montar un restaurante es un reto que tiene que estar basado en cimientos verdaderamente sólidos. La decisión de llevarlo a cabo se debe madurar adecuadamente realizando una investigación previa sobre el sector, las tendencias, los clientes, el mercado local, los competidores, los proveedores, entre otros aspectos.
Además de hacer un análisis externo, también se deben hacer esfuerzos por desmenuzar los factores internos; esto es, identificar plenamente los recursos económicos, humanos y técnicos con los que contamos para poder iniciar.
Dicho esto, lo que sigue es elaborar una hoja de ruta para el nuevo restaurante, mejor conocida como plan de negocio.
Este guion de cómo será el negocio debe incluir la idea completa de lo que se desea emprender. Además en él se analizan la viabilidad, se establecen sus objetivos y la estrategia para lograrlos.
Un plan de negocio es una pieza clave para aumentar las posibilidades de éxito de cualquier empresa.
Revisa en la siguiente infografía lo que necesitas considerar para crear tu propio plan:
Este apartado debe incluir la descripción del negocio, como si lo estuvieras presentando a posibles inversionistas (en caso de ser necesario). Con esta información necesitas intentar “enamorar” al lector y lograr que comprenda con poca información de qué trata el negocio sobre el cual está leyendo.
Debe contener los puntos principales de tu idea (sin mucho detalle). No debe pasar de dos hojas, ya que si se vuelve muy extenso puede no ser interesante para quien lo lee.
En este punto se desarrolla la presentación de tu idea con bastante más detalle que en el punto anterior. Incluye características y lo que ofrecerá al público.
Deberás indicar el origen de la idea, los principios del negocio y la evolución del proyecto, destacando siempre la propuesta de valor con la que pretendes diferenciarte del resto de bares o restaurantes que ofrecen lo mismo.
Es recomendable que en este paso se presente también al equipo que se encuentra detrás de la idea, su talento y la experiencia con la que cuenta cada miembro del mismo.
Enseguida se debe incluir la estrategia comercial. En otras palabras, la descripción del menú, la estrategia de precios a seguir y las ideas de mercadotecnia que se piensan seguir para atraer a los clientes.
En este apartado del plan de negocios del restaurante se habla de la plantilla necesaria para poner en marcha el local y la gestión de personal, es decir, cómo se va a organizar el equipo, cuántas personas para cada puesto necesitarás y qué tareas deberán desempeñar.
Además considera que lo más recomendable es tener al menos seis meses de dinero guardado como colchón porque es muy probable que tus gastos superen tus ingresos durante este tiempo.
Para abrir un restaurante o bar es obligatorio realizar una serie de trámites administrativos y jurídicos, por lo que es recomendable contratar a asesores expertos en materia jurídica y de licencias y permisos.
Debes tener en cuenta que deberás definir bajo qué forma jurídica llevarás tu restaurante, detallar los socios y participaciones, solicitar una licencia de apertura, entre otros trámites legales.
Por último, el plan de negocio del restaurante debe finalizar con el análisis DAFO, esto es, un estudio de las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades del proyecto. Dicho de otra forma, hace falta considerar cuáles pueden ser los puntos débiles de tu idea y cuáles son los puntos fuertes en los que podrás apoyarte en caso de ser necesario. También es necesario que estés consciente de los aspectos mejorables para que en cuanto puedas tomar acción, lo hagas.
Elaborar un plan de negocio te ayudará a no fracasar en el arranque de tu restaurante y te servirá de herramienta para hacer ajustes necesarios, fortalecer la operación y mejorar tus resultados.