Al abrir un restaurante, probablemente lo primero en lo que debe pensarse es qué tipo de restaurante será. De ahí se puede partir para definir qué tipo de personal se necesitará y qué tipo de compras deberán hacerse respecto a insumos, mobiliario, etc.
Claro, es necesario conocer primero cuáles son esas categorías. Y aquí las desmenuzamos para ti.
En México, existen 4 categorías. Veamos cuáles son y cómo se definen:
Para ser clasificados como restaurantes de “cinco tenedores”, estos deben contar con una organización eficaz, una cocina muy bien equipada, una decoración con materiales de la mejor calidad, así como mobiliario de primera categoría (mesas, sillas, alfombras, cortinas, manteles, loza, cristalería, etc.), y el servicio debe ser muy personalizado y detallista para con los comensales. Tienen entradas diferentes para la clientela y para el personal.
Por supuesto, también los alimentos deben ser de la mejor calidad, preparados al momento, escogidos a la carta y servidos a la mesa. Además, es importante que cuenten con una buena y variada selección de vinos y en general con una amplia carta de bebidas alcohólicas.
Finalmente, cuentan con comodidades o servicios extra como valet parking, sala de espera o área de bar para esperar mesa, teléfono celular disponible para el uso de los clientes, aire acondicionado y calefacción, sanitarios amplios, etc.
Respecto a su carta, cuentan solo con seis tiempos: entremeses, sopas y cremas, verduras, huevos o pastas, especialidades de pescado, especialidades de carnes y postres.
En los restaurantes de “dos tenedores” se pueden ofrecer hasta 4 entradas.
Basta que sus insumos sean resistentes, no tienen que ser lujosos, pero mantienen una buena presentación. También utilizan una misma entrada para clientes y personal. Estos serían los considerado como “restaurante promedio”, de buena calidad y precios mucho más accesibles.
Son los más comunes. La condición básica para estos establecimientos es que el comedor debe estar separado de la cocina, mientras que la vajilla, cristalería y mantelería son sencillos, pero limpios y resistentes. No es obligatorio que los meseros usen uniformes, solo deben tener una presentación muy bien aseada.
En estos restaurantes solo se ofrece un menú sencillo de al menos cuatro entradas. Aquí la funcionalidad y accesibilidad son prioridad sobre el lujo o la presentación.
Independientemente de su clasificación y el nivel de exigencia que venga con ella, todos los restaurantes en general deben cuidar la higiene y calidad de sus insumos y productos, así como la presentación de sus platillos; esforzarse por conservar su propio el estilo y ambiente en la decoración; procurar un trato eficiente y amable para con los comensales por parte de personal con buena presentación y finalmente, la limpieza del establecimiento en general.