En estos momentos de incertidumbre y alerta sanitaria, todas las medidas de prevención aportan. Y aún más, todas las certezas que podamos dar a nuestros clientes al respecto, son útiles e incluso necesarias para ayudar a paliar los efectos de la crisis en las ventas.
La preocupación por la prevención del COVID-19 ha derivado en mayores controles sanitarios, si bien la industria restaurantera ya estaba sujeta a muchos de ellos.
Las cámaras productivas miran desde nuestro país las experiencias de destinos turísticos que ya están operando en Asia (como China, Singapore o Taiwan) y Europa, desde mediados de año, y que desde entonces ya reportan ocupaciones de más del 50% bajo la llamada “nueva normalidad turística”.
Así la Secretaría de Turismo (SECTUR) ha creado “Punto Limpio", un reconocimiento de la calidad higiénica, diseñado para elevar la misma, y particularmente, para que las empresas turísticas puedan garantizar a los visitantes un ambiente de seguridad e higiene en las instalaciones que visiten o en las que se hospeden.
El sello está avalado por la Secretaría de Salud y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y disponible para micro, pequeñas y medianas empresas del Sector Turístico (restaurantes, hoteles, cafeterías, agencias de viajes, arrendadoras de autos, balnearios, operadoras de buceo, centros de ocio, etc.).
El programa, sin embargo, aplica para las áreas públicas, no para cocinas.
La Metodología fue desarrollada por SECTUR y es aplicada por consultores especializados, certificados y registrados ante la Secretaría para tales fines, y quienes evalúan, entre otros aspectos, la calidad higiénica, las buenas prácticas por unidad de negocio, y el aseguramiento de calidad.
El manual “Covid-Free” y sus protocolos
En tanto, los negocios turísticos de la Ciudad de México se unieron para elaborar un manual de estándares y protocolo voluntario (que inicialmente fue denominado “Covid-Free”, aunque se ha reconocido como un término que resulta inexacto o engañoso), para apuntalar las reaperturas de negocios del ramo luego de las millonarias pérdidas por los cierres obligados.
A través de una página web pensada como punto de encuentro para los más de 56 mil prestadores de servicios turísticos de la CdMx, el proyecto fue propuesto por la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México (AHCM), la Asociación Mexicana de Agencias de Viaje de la Ciudad de México (AMAV, Ciudad de México), la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados de la CDMX (CANIRAC) y Hospitality Sales and Marketing Association International, capítulo México (HSMAI).
Mediante esta iniciativa se desarrollaron manuales de protocolos y procedimientos establecidos por las autoridades sanitarias, así como contenidos para la capacitación online de los distintos subsectores del ramo turístico, con base en estándares internacionales y nacionales que fueron también revisados por técnicos sanitarios especialistas.
Según Marco Antonio Buendía, presidente de CANIRAC en Ciudad de México, se trata de un manual “exigente pero accesible para todos”, y además especializado por tipo de negocio.
Cabe aclarar que estas acciones no sustituyen, ni mucho menos se contraponen con las normas y reglamentos de cumplimiento obligatorio existentes.
Sello global
En México, los líderes hoteleros se pronunciaron porque estas certificaciones sanitarias fueran avaladas a nivel global. De hecho, el presidente de Apple Leisure Group (ALG), Alex Zozaya, hizo dicha recomendación durante la presentación de la propuesta de campaña “Ven a Cancún x 2”, que reunió virtualmente a casi 200 hoteleros.
Por otro lado, una encuesta realizada por la empresa española Excelencia Turística a 15 mil viajeros alrededor del mundo, reveló que las personas se sentirán seguras de viajar después de la pandemia si los destinos y negocios operan bajo un certificado de calidad y seguridad global.
Más tarde, dicha empresa, de la mano de la Organización Mundial del Turismo y la Organización Mundial de la Salud, comenzó a trabaja en la implementación de un certificado global de excelencia que garantice la calidad de todos los giros del sector turístico y que reúna todos los requisitos y protocolos que garanticen un espacio seguro libre de coronavirus, y entornos limpios.
En tanto sean voluntarios, pueden no parecer apremiantes. Sin embargo, cualquier certeza dada al turista, y en el caso de la industria restaurantera, al comensal, ayudará a recuperar confianza y con ella, terreno perdido por la pandemia. Es decir, vale la pena.
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